Una técnica Pre-colombina: el enchapado en Tamo

El enchapado en tamo o con paja, es una técnica artesanal de ornamentación, característica de la ciudad de San Juan de Pasto en el sur de Colombia, consistente en el uso de delgadas laminas vegetales coloreadas obtenidas de la paja de cereales, con las cuales se cubren total o parcialmente superficies de objetos de madera formando dibujos y figuras bajo esquemas previamente diseñados.

La técnica se usa para el revestimiento decorativo de toda clase de objetos de madera, como cofres, platos, tazones, bandejas, bomboneras o ánforas y floreros o figuras, entre otros.

La paja de trigo principalmente, o de cebada y arroz, se seca y se somete al proceso de coloreado mediante calor consiguiendo las diversas gamas entre el color natural de la paja y el color café oscuro. También se colorea con tintes según el diseño para el que se vayan a usar. Luego, mediante un bisturí se parte a lo largo para obtener delgadas láminas con cuyos fragmentos el artesano va creando en la superficie escogida intrincados dibujos y texturas, o paisajes y arabescos o motivos florales. Las bases sobre las cuales se decoran son barnizadas con anilinas industriales y para los acabados se emplean lacas catalizadas.

Es una técnica que requiere gran paciencia, precisión y delicadeza por la fragilidad del material.

El resultado, sobre todo con los diseños geométricos, es similar al de la marquetería o taracea, solo que en el caso del enchapado en tamo no hay incrustación en la superficie de base sino que los fragmentos o laminillas del tamo son fijados con adhesivos o pegamentos.

Desde que el hombre existe y empieza a darse cuenta que puede usar elementos de la naturaleza y con la destreza de sus manos, transformarla en elementos útiles o decorativos, existe la artesanía” relató don Luis Alfonso uno de los artesanos que utiliza esta técnica en Pasto.

Luis Alfonso, inquieto por recopilar datos certeros sobre los orígenes de la habilidad que él desarrolló durante toda su vida, escribió en el libro “Aquí está la magia del enchapado en tamo” y aquí se consignan los relatos que él conoce sobre la técnica, los materiales, la transformación y las anécdotas de las personas que se dedican a este oficio.

“El trabajo en tamo es infinito, cada vez que nosotros tenemos una idea de dibujo o perspectiva, inmediatamente buscamos la forma de llevarla al enchape, buscar los colores, así es que se van creando nuevas técnicas para trabajar la fibra”, cuenta el Maestro Villota.

“Es una técnica incluso ecológica, no le hace daño al medio ambiente, trabajamos con los desechos pues el tamo es el tallo residuo del trigo o la cebada” nos explicó, pero ¿cómo una fibra natural llega a ser un enchapado?

Este es el inicio de un proceso que amerita la paciencia de un monje budista” expresó entre risas el maestro Villota. Acerca del trabajo en tamo dijo: “no es algo que se haga en dos o tres horas todo lo contrario, uno tiene la idea en la mente, el diseño, los colores, y tiene que empezar a buscarlos, a teñir la fibra, son placas que tienen una línea y uno debe recortar y darle la perspectiva”.

La minuciosidad y el detalle son parte fundamental de una artesanía trabajada con el enchapado en tamo, por lo que Luis Alfonso nos cuenta, “es una labor personal, nadie puede terminar la obra que empezó otro, así el dibujo ya esté en la lámina; la idea es individual, en esa particularidad está el valor de la técnica, que son piezas únicas pues en ningún tiempo o lugar se va a encontrar algo igual, no es exacta ni la cantidad de anilina que uno usa para teñir la fibra, un color jamás, jamás va a ser igual que el otro”.

Uno de los artesanos más acreditados del presente, que ha dado a conocer este arte en el mundo, sin duda es Diego de la Cruz. Desde que constituyó su empresa de artesanía en 1998, ha recibido numerosos reconocimientos por su originalidad en el uso de esta técnica ancestral. Como él mismo dice: “Nuestra producción se basa en la elaboración de objetos a partir de la técnica del enchapado en Tamo. Nuestras piezas son originales, fruto del estudio de nuestras raíces y de la innovación constante