En defensa, de quien pocos lo han hecho en el pasado:

“Nuevamente vuelvo a ser el odiado “traidor” de mi mejor amigo.  Por hacer lo que Él me pidió que hiciera, después de más de dos mil años sigo siendo un “traidor”.   ¿No se suponía que las cosas tenían que pasar así?  ¿No estaba profetizado? Entonces, si hice lo que me encomendó, ¿Por qué soy un traidor?   Claro, sus seguidores, mis compañeros, en sus relatos introdujeron sus opiniones; y desde entonces soy un traidor.  Pero cuando llevaba las cuentas de nuestro grupo, cuando pedía contribuciones, para poder mantener nuestro peregrinar por galilea, entonces si era una buena persona.  Cuando me adelantaba a procurar alojamiento y comida para decenas o centenas (nunca se sabía con certeza cuantos seríamos) entonces si me daban palmaditas en la espalda de reconocimiento.  ¿Pero cuál es mi pecado?  ¿Saber de números y de llevar las cuentas? 

¿Quiere saber más?.  Escribanos en el formulario adjunto, ponga en ASUNTO el tema que le interesa y le enviamos GRATIS todo el texto en PDF.